Me ha mordido un perro


No te pasa que hay días en los que te duele el alma. No sabes porqué, no hay motivo. Simplemente te duele..

Te pesa el mundo del que tiras cada día y esa alegría que evoca tu sonrisa desciende a los zapatos.


Hoy ha sido un día de esos. Digo ha sido porque me dispongo a dormir pronto para que mañana brille la luz y se mueran los feos.

Hoy me han gritado en el trabajo. Me ha dado pena un hombre y me ha mordido un perro.

Un señor tocaba el violín en el metro, pedía sonrisas. Sólo quería que la gente sonriera. Ha sido difícil. Nadie se reía. Todos metían la cabeza en el móvil como avestruz en agujero. 

Yo sí que lo he mirado. Y escuchado. Y sentido. Me atrevería a decir que hasta gracias a su música he conseguido oír un poquito la mía propia. Y entonces, he sonreído. Y mi día se ha vuelto por un instante de colores.

Pero aun me dolía el alma. Porque hoy no me gusta el reflejo de mi espejo. Tus gafas redondas han hecho campana. Las cerezas están verdes. Me gritan en la oficina y un perro me ha mordido.

Será otro día, mañana, cuando hoy se acabe y al sol le nazcan alas. Será otro. Uno lleno de nubes rosas en las que volar hasta tu boca. Y hoy habrá valido mucho la pena, porque he recordado que soy frágil, que no siempre la espalda aguanta, que me tengo que amar más y que los días sin dolor hay que bailar bajo los rayos de colores y sonreír a las margaritas.


Margaritas, Margarita, Flor, Macro, Blanco, Primavera





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