No me acostumbro a mi nuevo cuerpo y la culpa es solo mía.
Debería dejar de comer y hacer deporte hasta cansarme para así, encajar en lo que pides que yo sea.
No me acostumbro a nos ser perfecta, delgada, espigada y elegante.
¡A tomar por culo!
Que los años pasan y a algunas, tras parir, nos pesan.
Que la vida duele y en ocasiones necesitamos acolcharnos para que los golpes sean más livianos.
Que si no te gusto, mira hacia otro sitio que mientras me acostumbro a mi nuevo y grande Yo, estoy aprendiendo también a quererme.
Que las mujeres somos carne y curvas. Somos amor y sabiduría. Somos cuna y abrigo. Hogar y perdón. No me jodas pidiéndome que también seamos lo que se supone que tenemos que ser.
Que no me creo lo que me cuentas señora moda, que ser delgada, que estar escuálida a golpe de hambre no es bueno. No es sano.
Lo sano es ser uno mismo, respetarse como tal y amarse como somos.
Que tengo dos piernas que andan, dos brazos que abrazan, acunan y trabajan.
Y tengo un cerebro, que piensa, que lee, que estudia y razona y no me da la gana de que se crea lo que tú le cuentas.
Es tan injusto que me haya dejado de querer y cuidar por ya no caber en una 38.
Srs. Mango, una 44 no es una talla especial, es una XL.
Pero la culpa de que me sienta fea, con lo bonita que yo soy, no porque usted me lo diga en su tallaje, es porque yo me lo he creído y dejado de arreglarme.
No me acostumbro a mi nuevo cuerpo, porque en él, no se cómo ser yo, no se cómo sentirme válida, sexy y valiente.
Y la culpa es toda mía.
Por alimentar mi baja autoestima, por olvidarme. Por desconectar de mi naturaleza. Por no respetarme. Por ver belleza en todas partes menos en mí. Por percibir sensualidad en cualquier recta y olvidarme que la naturaleza , son curvas.
Y la culpa es toda mía.

Comentarios
Publicar un comentario