Y la Escritora, prestando sus zapatos a los personajes que pueblan su fantasía, permite que estos libres y deslenguados digan todo lo que opinan. Sin juicios ni directrices. Libres. Aceptan el reto y abren su boca a través de mis dedos para explicar todo lo que se me nos antoje.
Que te quiero y tú a mi no. Y es el pan de cada día.
Tu ambición, mi silla. Te espero. Te alejas.Pues hasta luego cocodrilo dijo la comadreja.
María se ríe, a carcajadas de tanto desvarío. No puedo daros cuerda, estáis más locos que yo misma.
¿Puedo perderme en la comisura de una boca?
En el recuerdo de un verano
En el sonido de tu voz..